dimanche 25 septembre 2011

La Huella



Es tremenda.

Es gorda y espesa,

es obesa.

Tan imponente,

que me come

entera.


Quizás será una ilusión,

o una idealización,

quizás será exagerada,

o aún efímera...

Quizás.


Pero todavía esta bien viva,

ardiente, roja.

Pica, quema, estrangula.

La huella...


Se manifiesta,

cada vez que me voy de fiesta,

y que veo a esta gente,

que se hace lo importante.


Se manifiesta,

cada vez que quiero contar la historia,

de mi odisea,

pero este país no se cuenta :

se siente, se vive, se experimenta.


Se manifiesta,

cada vez que veo un cubano ;

amigo mío,

o con accento Habanero...


Y se infla,

cada vez que veo un cubano,

que se hace el francés, coño,

más que el francés mismo.

Porque entonces me siento sola,

más sola que nunca...


Me dijo una amiga,

que padezco de exotismo ;

el contrario del racismo.

¡Pero esta fula !

Porque esto significa,

que anhelo el extranjero,

y al fin y al cabo,

es marcar la diferencia.


Me dicen : ¡camina !

Pero mi corazón,

faja con mi razón,

mis ideas nocturnas,

lloran en mis palabras,

y mi Alma,

se pierde en la Huella...


Que me ha dejado Cuba.






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